martes, 23 de octubre de 2012

LA GLORIA DE DIOS ESTA EN TU BOCA

Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.
Isaías 6:3 (RV60)
INTRODUCCIÓN:
Quiero empezar hablándole primero de Isaías para contextualizar un poco lo que vamos a aprender hoy sobre la palabra de Dios, todos sabemos que Isaías fue un profeta de Dios, llamado a predicar al reino de Judá como lo señala los primeros versículos del capítulo uno de este libro. Isaías era un varón devoto que iba todo el tiempo a adorar a Dios en el templo, un día estando el adorando en el templo, tuvo una visión y pudo observar a Dios de los ejércitos sentado en su trono con unos serafines a su alrededor dando voces como el siguiente versículo que vamos a desarrollar a continuación.
DESARROLLO:
“Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria”, estas voces las daba los serafines que estaban alrededor de Dios, cada uno de estos serafines decían lo mismo, alabando a Dios, pero quisiera que se enfocara un poco al final cuando dice que toda la tierra estaba llena de su gloria, esta era la palabra que los serafines le estaban transmitiendo a Isaías por medio de esa visión, le estaba declarando que esta tierra donde tú y yo vivimos está llena de la gloria de Dios, pero lo más impresionante es que podamos voltear a los lados y preguntarnos ¿Cuál gloria?, porque no estaba hablando de lo que existía sino del que lo había hecho existir, y no específicamente le estoy hablando de Dios Padre Todopoderoso, sino de la palabra, algo que está ahí y no la vemos pero que sí la hablamos y la pronunciamos, entonces, ¡la palabra es la gloria de Dios!, toda la tierra está llena de palabras que no la vamos pero que a su debido tiempo se vuelve visible, lo podemos ver en el momento en que Dios creó el mundo, Él dijo una palabra y esa palabra hizo lo que tenía que hacer, Dios dijo en una oportunidad que su palabra no llegaría a Él vacía sino que daría fruto. Luego, Isaías sintiéndose inmundo de labios y viviendo con personas de labios inmundo se avergonzó. Es por eso, querido amigo(a), hermano(a) que este profeta pudo entender que estos serafines estaban hablando del poder, de la palabra que significaba la gloria de Dios.
CONCLUSIÓN:
Hay que considerar esta palabra porque es un destello de la gloria de Dios, hemos aprendido que toda la tierra está llena de la gloria, de la palabra, del poder de Dios, así que debemos de tomar en cuenta lo que hablamos o lo que pronunciamos ya que de nuestra boca depende darle la gloria a Dios, es por eso, que nuestro Señor y Salvador Jesucristo no los dijo una vez cuando dijo, que lo que contaminaba al hombre no era lo que entraba sino lo que salía de nuestra boca, la palabra que pronunciamos nos contamina o nos santifica, y recuerda que las palabras no se la lleva el viento, ellas salen de nuestra boca con un propósito, si Dios te dio una palabra, tómala y guárdala porque en algún momento se volverá visible. Bueno, quisiera hablarles mas pero estoy seguro que el Espíritu Santo terminara de ministrar este devocional, que Dios te bendiga.

¡La Gloria de Dios está en tu Palabra!

0 comentarios:

Publicar un comentario