viernes, 28 de septiembre de 2012

NO HEMOS ACABADO

Lectura: Filipenses 3:12-14
Por favor cambia tu mente a la forma de la de un niño para que puedas entender la Palabra que Dios tiene para ti hoy.
El día de hoy quería compartir una pequeña reflexión la cual espero que entre en lo más profundo de nuestros corazones y dé fruto en nuestras vidas.
¿De qué le vale a un atleta ser muy veloz si, a falta de 10 metros de la meta disminuye la velocidad, confiado de su victoria, y cuando reacciona ha sido superado por los otros atletas? ¿De qué le valió al atleta haber corrido 90 metros a gran velocidad si a falta de 10 pierde la carrera? Creo que coincidimos en pensar que de nada le valió.
Muchos cristianos se jactan diciendo “yo soy muy bueno”, “yo soy muy santo”, “yo soy un líder de la iglesia”, “yo soy un ejemplo a seguir”, “yo soy un maestro de escuela dominical”, “yo soy un pastor”, “yo soy un coordinador de ministerio”, “yo soy un diácono”, “yo soy reconocido en mi iglesia y muchos quieren ser como yo” y se quedan alabándose a sí mismos por su “grandeza”.
¿Le alcanza a un atleta con ser veloz? Ciertamente no; igualmente, no le alcanza a un cristiano con tener un gran conocimiento de la biblia, ni con ser un líder en la iglesia, dar una clase dominical a los niños o tener cincuenta mil grupos de vida. Si este cristiano no se esfuerza, ora, ayuna, da lo mejor de sí mismo para Dios todos sus logros personales no habrán valido nada al final.
Ahora bien, de nada le vale a un cristiano haber dado lo mejor de sí mismo para Dios hasta una parte, debe dar lo mejor hasta el final; de lo contrario puede perder el galardón. Muchos atletas corren pero solo uno se lleva el premio; muchas personas deciden correr la carrera de la vida cristiana, pero solo aquéllos que se hayan esforzado de principio a fin alcanzarán el galardón de los verdaderos campeones.
En mi iglesia, tenemos un proyecto con el ministerio infantil, un proyecto que Dios nos dio para que los niños lo puedan conocer de verdad; aún no hemos acabado y si nos damos por vencidos ahora de nada habrá servido el esfuerzo que hemos colocado en la obra de Dios. Estoy seguro que también ustedes tienen proyectos en su iglesia, proyectos que provienen de Dios y que son para Él ¿Cómo van esos proyectos? ¿Te has dado por vencido? ¿Estás conforme con lo que has hecho hasta ahora? ¡NO! Por favor no cometan ese inmenso error, aún no hemos acabado y no podemos descansar hasta que hayamos hecho aquello a lo cual fuimos llamados.
Este es un llamado de atención para toda la iglesia ¡DESPERTÉMOS! Aún no hemos acabado, aún no hemos culminado la obra y no podemos bajar los brazos aún. Llegará el momento en que podremos descansar pero aún no ha llegado ese día y hasta que llegue SIGAMOS CORRIENDO.
Esforcémonos, seamos valientes; si el fuego del Espíritu Santo está apagándose en ti, ¡AVÍVALO AHORA! Si ha llegado la desmotivación a tocar la puerta de tu corazón ¡DESPIERTA Y ANÍMATE! Si el miedo y la duda te quieren detener ¡ÉCHALOS FUERA DE TI Y SIGUE ADELANTE! No fuimos llamados a mirar atrás, fuimos llamados a terminar lo que empezamos; no fuimos llamados a ser recordados como perdedores, fuimos llamados a ser más que vencedores.

¿Cómo quieres que te recuerden? ¿Quieres que te recuerden como el que casi ganó la carrera? ¿Quieres que te recuerden como el gran líder que no logró nada? ó ¿Quieres que te recuerden como el valiente que ganó la carrera? Es tu decisión ¿Qué marca vas a dejar en el mundo…? Jesús dejó una marca en el mundo y nosotros, sus seguidores, estamos llamados a mantener viva su huella. ¡PIÉNSALO!

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